Justificación de la Amortización en la Empresa

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Se sabe que amortización y depreciación son conceptos irremisiblemente unidos en el ámbito de la empresa, siendo la depreciación la justificación necesaria para realizar la amortización. Pero, ¿cuáles son las causas de la depreciación?

  • El desgaste físico de los activos: bien por la prestación de servicios que realizan, o bien, en el supuesto poco probable de que un activo estuviese sin funcionar, por el mero paso del tiempo. De aquí que las empresas dediquen un considerable esfuerzo al mantenimiento de los mismos; en este sentido, es importante remarcar que el desgaste no se elimina, sino que, como mucho, se retrasa en el tiempo.
  • Desgaste por obsolescencia: sinónimo de estar en situación de inferioridad a otros equipos que se encuentran en el mercado. La obsolescencia, en términos más genéricos, puede estar motivada por: a) razones tecnológicas, cuando existen instalaciones más competitivas, más seguras, con mayores niveles de productividad y eficiencia al que nosotros poseemos; b) razones de capacidad de equipo, cuando ante variaciones sustanciales de la demanda, es posible encontrar una instalación que permite adaptarse con flexibilidad (exceso o defecto) a las nuevas exigencias del mercado, eliminando la llamada «obsolescencia funcional o de dimensión; c) razones de cambio en la retribución de algún factor productivo, que al modificar nuestra estructura de costes ponen en entredicho el modelo industrial que practicamos. Es el caso de encarecimiento del factor trabajo —muchas veces más por la sobredimensión de la plantilla que por el salario individual— que induce claramente al empresario a asumir inversiones intensivas en capital pero que reducen su volumen de mano de obra. Sin entrar en consideraciones sobre el valor del capital humano que se desprecia —que es muy importante— la realidad es que esta obsolescencia existe y podemos verla con nuestros propios ojos. Como también la recíproca, que fuerza a la utilización de mano de obra barata como sustitutiva de equipo capital de mayor coste comparativo.
  • Desgaste por caducidad: propio de instalaciones que explotan recursos de nivel limitado de existencia (yacimiento minero, bolsas de petróleo, etc.) que tienen una vida supeditada al agotamiento de los mismos. O de aquellas que son concesionarias de un servicio público o concesión administrativa (ferrocarril, embalse, puente de peaje, autopista de peaje, etc.) realizada por un tiempo limitado, que al concluir éste, aunque sea largo (25, 50 años) deben trasvasar sus activos al ente que las otorgó. En este caso no es suficiente una cuota de amortización que compense la depreciación o desgaste por el uso o posesión de los activos, sino que será necesario constituir unos fondos que posibiliten, al final del período de concesión, devolver a los accionistas el capital que habían invertido.

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