[youtube url=»https://youtu.be/Y0lCtEQNplc»]Continúa la intensa ronda de declaraciones en la Audiencia Nacional a cuenta de las tarjetas black de Caja Madrid (posteriormente Bankia). Hoy le ha tocado el turno a uno de los pocos que rechazó utilizarla: Francisco Verdú, exconsejero delegado de Bankia, quien declinó echar mano de ella porque “en sus más de treinta años de vida profesional, nunca había visto algo semejante”.
Aparte de considerar la tarjeta como una “mala praxis bancaria”, Verdú, atendiendo a las preguntas del fiscal, Alejandro Luzón, ha llegado a señalar que:
[note note_color=»#eaeaea» radius=»2″]“Yo le expuse al señor Rato que dicha tarjeta no estaba en mi contrato… no entendía que en una entidad pudiera haber gastos sin justificar, y le dije que no la iba a usar, que la rechazaba. Él (Rato) se enfadó bastante, le molestó. Tú quédate y haz lo que te dé la gana con ella”.[/note]
¿Quiénes no utilizaron la tarjeta opaca?
De los 86 “privilegiados” que tuvieron acceso a la tarjeta opaca, sólo cuatro renunciaron a usarla: [note note_color=»#eaeaea» radius=»2″]
- Esteban Tejera Montalvo, expresidente de Caja Madrid (seguros generales).
- Félix Manuel Sánchez Acal, exconsejero de Caja Madrid (a propuesta de UGT).
- Francisco Verdú Pons, exconsejero delegado de Bankia (dimitió de su cargo tras ser imputado en el caso).
- Íñigo María Aldaz Barrera, directivo de Caja Madrid.[/note]
Visto lo visto, éstos serían sin duda los alumnos más circunspectos de la clase.
¿Complemento salarial o gastos de representación?
Cuando todo parecía indicar que los investigados iban a conchabarse a la hora de esgrimir una única justificación relacionada con el uso de la tarjeta, hasta la fecha nos hemos encontrado con dos argumentaciones diferentes en este sentido:
Por un lado están los que, como Rato, sostienen que la tarjeta era, en realidad, un complemento salarial (“era parte de mi retribución”), sin más. Si esto es así, cabe preguntarse, como hace el Fiscal, qué clase de salario es aquél en el que uno gana más cuanto más gasta; y, suponiendo que se diera por bueno el argumento, ¿por qué entonces no lo declararon en sus respectivos IRPFs? ¿Es que acaso tenían algo que ocultar?
Por otro, estarían aquellos que, como Enrique de la Torre —secretario del consejo de administración de Caja Madrid durante la presidencia de Miguel Blesa—, mantienen la versión de que dichas tarjetas, «fiscalmente neutras según ellos», se empleaban como “gastos de representación”. Aquí la excusa chirría aún más si cabe, dado que, en primer lugar, ya disponían de una tarjeta diferente para atender a esta partida. En segundo lugar, según el documento de Excel facilitado por la propia Bankia —del que los investigados reniegan—, ni las fechas ni tampoco los conceptos podrían justificar, en casi ningún caso, tal fin.
El dilema está servido.
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