En el día de ayer un grupo de preferentistas indignados, muchos de los cuales convertidos además en accionistas forzosos, se presentaron en la junta de accionistas de Bankia, en Valencia. A pesar de sus gritos, José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente del banco, hizo oídos sordos y se centró en el tema que a él realmente le preocupa: el reparto de dividendos. En este sentido, la junta general de accionistas aprobó el pago de un dividendo en efectivo de 1,75 céntimos euros por acción con cargo a los beneficios del año pasado, dividendo que a todas luces parece insignificante comparado con el sufrimiento y la inquietud de los miles de preferentistas que, al contrario de lo que dicen algunos, no hablan de política, sino de Justicia y del dinero que “les han quitado”.
En total, el pago de los dividendos supondrá un desembolso de 202 millones de euros a cuenta de la entidad.
Pero quizás fue la frialdad que Goirigolzarri mostró hacia el dolor de los preferentistas, lo que más pudo llamar la la atención. He aquí un fragmento bastante ilustrativo:
—Goirigolzarri: muy amables.
—Preferentistas: qué poca vergüenza hay aquí en este país.
—Goirigolzarri: con un poco de suerte podemos continuar la junta.
—Preferentistas: qué bien os lleváis las comisiones.
—Goirigolzarri: bien, el señor secretario procederá entonces a hacer una breve referencia o a leer el título de cada una de las propuestas antes de su votación.
—Preferentistas: fuera, fuera, fuera…
Según parece, las pérdidas ocasionadas a miles de clientes y accionistas por la emisión de preferentes y la salida a bolsa no le importan demasiado al actual presidente de la entidad.
Especialmente emotivo fue el testimonio de una preferentista reprochando a los actuales dirigentes de Bankia, casi entre lágrimas, el calvario que ella y su familia habían tenido que soportar durante tres años para recuperar —judicialmente— el dinero que ellos le habrían podido devolver desde un principio, si hubiesen tenido un poco de corazón y de buena voluntad. Goirigolzarri, con algo de indiferencia, le felicitó por su victoria judicial.
Con todo, al menos Goirigolzarri acabó reconociendo que “la salida a bolsa de Bankia fue negativa desde el punto de vista del resultado económico” —a la fuerza ahorcan—; y añadió: “pero no estamos discutiendo eso, sino si fue una operación ajustada a la legalidad. Y que el resultado económico sea negativo no conlleva que fuera ilegal“.
—————————————————————————–